Hoy no pido que me entiendas.

Al igual que la lluvia cae el tiempo pasa, no cesa. El tiempo cae, y la lluvia pasa, y no cesa. La lluvia cae, y el tiempo cae, y nada cesa.

Dicen que con el paso del tiempo aprenderás..., imaginarás...; pero con el paso del tiempo lo único seguro es que morirás, poco a poco, y eso no es malo. Con el paso del tiempo eso no será malo. Guardo todo lo que pienso, escribo parte de lo que pienso, y digo parte de lo que escribo, pero eso ya es suficiente. Los sentimientos llegaron un día a la conclusión de que se aburrían, por eso a veces se esconden, otras se caen, se rompen, cambian y huyen, otras veces salen a la luz.

Ilusión, Navidad. ¿Ilusión?, Navidad. ¿Ilusión?, ¿Navidad?.
Aunque lo diga la canción una cosa no quita a la otra, una cosa no pone a la otra, una cosa no cambia a la otra. Hoy te digo: "pon tus sueños a volar, porque a veces algunos vuelan bajo, y están bien, otros vuelan alto, y si intentas pillarlos recuerda que la caída es grande". Navidad, época de fiesta, de familia, de amigos, de tranquilidad; para algunos es tiempo de esperanza, pero no cambiará nada que no haya cambiado a lo largo del año. Nunca. Feliz, Navidad.

¿Navidad? Explosiones de sonrisas momentáneas alargadas a base de pastillas azules, el azul es el color del cielo, del mar y de mucha parte de mi ropa. Las circunstancias se confunden. El verde es el color de la esperanza, por eso se pintan así los bancos de la clase de biología. El rojo es el color de la sangre, de la vida y de la muerte; es el color más indeciso. Bueno, no sé, a mi me gusta el rojo, creo.

Vigas para la construcción al igual que sentimientos para el alma, todo.

Los guantes no te quitarán el frío, las zapatillas no te quitarán el frío, las capas de ropa no te quitarán el frío, la seguridad quita el frío, la incertidumbre no, y el miedo da más frío. Es Navidad. Si me cerceno la mano, me quedo sin mano, creo. Así me la guardo para "echarle una mano" a cualquiera que me lo pida. Chocante. Mi cabeza es como la papelera de reciclaje de Windows, nunca sabrás qué coño vas a encontrar. Cierto.

Si analizamos nuestra vida desde fuera no está mal, desde dentro no está tan bien. Si sacamos la media aritmética te da un aprobado justo. Mierda. Si eres lo que comes, y comes mierda, eres... ¿NS/NC? Si estás furioso te autocontrolas, si estás triste te autocontrolas, si estás feliz te autocontrolas; somos como la bolsa financiera. Mierda. El punto G de tu cuerpo realmente no se encuentra en otro lado que en tu cabeza. Que no te engañen. Me toca los huevos. Quiero ser feliz, ¿me recomiendas los antidepresivos?

Envidio, envidias, envidia. ¿Qué te gustaría ser? ¿Qué te gustaría hacer? Tocar el bajo o la guitarra, saber dibujar, ser feliz siempre; tocar fondo, saber pensar y ser yo, siempre. La repetición de palabras se utiliza para remarcar un hecho. Envidiamos, ¿celos?, envidiáis, envidian, ¡celos! y viceversa.

La vida es como un coche de carreras recorriendo a toda velocidad una pista. Lo bueno y breve, dos veces bueno. Si conduces ochenta y pico años de media fijo que te estrellas. Mierda. Los cangrejos andan hacia atrás para que se les haga un ojo en el culo. ¿Mierda? Si finges, mierda, si mientes, mierda, si mueres, mierda, si vives, eso está bien, si mueres, mierda. Mierda no es mierda, mierda es suerte, no te equivoques. Mierda es lo que tienes, suerte es lo que pisas.

Pensar está bien, siempre que no te salga humo azul de la cabeza, el azul es el color de mi permanente de encima de la mesa, de mi bolígrafo y de los labios de quien está en proceso de congelación, pero no del humo que sale de la cabeza cuando piensas. El rojo expresa también amor, y sangre, ¿amor sangriento? Mierda; no, suerte; sí, mejor.

Saber está fuera de nosotros, de nuestro alcance. Madurar queda demasiado lejos, pensar, mierda. Actuar es de débiles, ¿razonar de indecisos? La función fática del lenguaje se encarga de comprobar la disponibilidad del canal de comunicación.

Jesús no llevaba nada verde. ¿Jesús no llevaba esperanza? Mierda.

Al igual que todo, al igual que nada. Toso se parece, mas no es lo mismo; todo se asemeja, sí, bueno, a veces. Si es así, es así, no tiene más, pero si no es así, ya está, no sabemos si sabremos cómo es. ¿Cómo sabes si tú ves morado el morado? El morado es un nombre. Todo es un nombre. Si todo está hecho de lo mismo, ¿somos todos lo mismo? Eres lo mismo que una mierda, eres lo mismo que mi escroto. Buah, no, déjalo.

El negro y el blanco combinan con todo, por eso en EEUU no son racistas, por eso hay tanta igualdad. El amarillo no pega con todo, ¿muerte a los chinos? Mierda.

Hablar por hablar no vale la pena. Descargar, expresar, sentir... hablar para expresar vale la pena. Escuchar vale la pena, aunque sea para no aburrirte. Si diferencias entre música y ruido es que eres demasiado exigente. Abre tu mente. Quiero hacer ruido para que tú oigas música, quiero destrozar la música para disfrutar del ruido.

Cuando te paras a pensar encuentras demasiadas cosas en tu cabeza.

Al igual que la lluvia cae el tiempo pasa, no cesa. El tiempo cae y la lluvia pasa, y no cesa. La lluvia cae, y el tiempo cae, y nada cesa.

Y si todo cesa, todo vuelve a empezar.

Sibulo.

Momentos

Crear, destruir, modificar... todos son términos relativos. ¿Pensamos pensamientos, pero ¿son ideas? ¿imágenes? ¿palabras? Hay tantas cosas que no sé; hay tantas cosas que deseo saber; hay tantas cosas que nunca llegaré ni a imaginar...

Hay momentos en la vida en los que uno se plantea las cosas. Hay momentos en la vida en los que uno realmente piensa si esto le vale la pena, que si aquello no le va a joder más, que si eso es más fácil. Hay momentos en la vida en los que uno tan solo quiere abandonar, sumirse en el olvido de la misma forma en la que la mayoría de nuestros antepasados lo han hecho, sin un nombre digno de ser recordado.

Las pérdidas, los momentos de mayor tristeza. Las personas se alejan, se pierden. Tus amigos pueden desaparecer de tu vida de la misma simple forma por la cual entraron, como un soplo de aire fresco, y cuando de das cuenta... ya no están. La distancia, el olvido, o simplemente la vida, el destino, nos marca, nos indica la dirección de nuestras acciones, de nuestras relaciones.

Las dudas, los momentos de mayor dolor. Indecisión que causa problemas. La certeza, como todo, tiene también un límite, ¿cuál?, buena pregunta. Las ideas son como todo, van, vienen, vuelven, se van... la incertidumbre no es creada, y nunca será destruida, ¿modificada?, puede. Yo creo que todas las vidas vienen determinadas por un "no sé", dígase algo así como la cuestión de una vida, el interrogante vital o un rollo de esos raros. Y la pregunta es: ¿Qué coño buscamos? La respuesta es tan complicada que tenemos que creer más allá de nosotros para saber la respuesta.

¿Qué me dices de los momentos de soledad? Esos momentos en los que estás tú solo, estás tú solo y nadie, y nada, más. Momentos en los que el ruido más fuerte es el de tu barriga vacía, el más incomodo el de tu respiración cargada de mocos. La oscuridad ayuda, más bien la penumbra; llamémoslos momentos solitarios, llamémoslos reflexiones, llamémoslos momentos de pensar, o como dijeron ellos, momentos bohemios.

No sé, hay tantos tipos de momentos en los que abandonarse, o sumirse sin control hacia aquello que sabemos puede no tener escapatoria. Pero al final..., al final todo tiene solución viable.

Sibulo.

Podrías haber sido una chica más, pero no. Podrías haber pasado de mi cara, pero no, estabas allí, me hablabas, me ayudabas. Ayer me encontré una carta que escribí un miércoles, esa fue la primera que escribí sobre ti, y no sería la última. ¿Te acuerdas de nuestra historia?

Aquel podría haber sido un día como otro cualquiera, con una mañana tranquila en compañía de los amigos, una de esas mañanas de lunes de puente en la que te levantas a las tantas; no, habíamos decidido los dos la noche anterior que aquella no iba a ser una mañana más.

A las once estaba en la calle ya, era un día fresco, medio nublado, una mañana de chaqueta. Habíamos quedado en tu antiguo colegio, ¿lo recuerdas?, llegué 15 minutos antes, y esos minutos fueron los más largos de mi vida. Apareciste, te vi, me viste, me sonreíste. Aquel día me ofreciste tus labios.

Vivimos un cuento, y cien historias, tuvimos problemas, y se acabó.

Volvimos  a cruzarnos en Junio, pero no tuvimos tiempo ni para agarrar al cariño, se acabó, me dije. Y entre medio quedaban todos los malos rollos y roces, las discusiones y demás...

Y después... Septiembre. Al final nos volvimos a cruzar. Me dejaste tus labios, yo te regalé los míos. En Octubre me ofreciste tu corazón, yo ya te había vendido mi alma por cada uno de aquellos besos.

Desde entonces hemos vivido 100 cuentos, y un millón de historias, hemos convertido nuestra vida juntos en un relato escrito por dos trazos diferentes, pero entrelazados. A veces hacemos tachones, pero tenemos tipex de sobra para cuantas historias y cuentos queramos. Sólo si queremos.

Te amo.

Sibulo.

Memorias de un recluso.

Hoy me ahogo, me ahogo por dentro. Siento como si mi propio cuerpo no me dejase salir de esta pequeña habitación hasta que no acabe esto, hasta que me desahogue escribiendo todo lo que tengo por dentro. ¿Que qué tengo en mi cabeza?, ahora te lo explico.

Siento como si todo girase, pendiese de un hilo, y cuando se rompe PUM. Las cosas cambian, eso es todo. ¿Momentos buenos o malos? ¿Cuáles crees que merecen más la pena? Yo me quedo con nuestros momentos, que ya sean malos o buenos sé que son irrepetibles. Obsesiones y rallazos forman parte de la vida de cada uno, y al final... al final todo se arregla. La vida no carece de sentido, sino que tiene un objetivo, o almenos yo se que estoy aquí para algo..., quizá para saber que no valgo tanto, o quizá no, quizá nací para probar que era la felicidad, para sentirla y hacerla, hacértela, sentir, puede.

Yo sé que vine aquí sin nada, mis padres, mis amigos, la música... todos ellos me han aportado pequeñas piezas de ellos, de ello, de todo, y todo ello ahora forma parte de mi, con ello he crecido, y ello es lo que soy. Ahora mismo, mientras escucho canciones que me hacen pensar, canciones a veces tristes, otras no tanto, canciones llenas de recuerdos y sentimientos... ahora mismo quisiera expresar mi sentimiento de impotencia, de frustración intermitente que se manifiesta en mi pensamiento de vez en cuando..., normalmente cuando te tengo que explicar algo que pasa por mi cabeza en ese mismo momento, algo que siento.

¿POR QUÉ?
¿Por qué explicar las cosas es tan complicado? Busqué explicarte con una palabra todo lo que sentía, y cuando vi que no era posible describir algo tan grande, entonces inventé el amor.
Lo reconozco, soy adicto. Soy adicto a ti y a tus explicaciones, soy adicto a tu cara de enfadada y a nuestras broncas, a tus gritos y a nuestros enfados; y sé que aunque lo intentase no podría vivir sin ellas. Ríete, esto no debería ser serio, ni mucho menos, definitivamente me considero imbécil: llorar por cosas que no pasan, sufrir por cosas que tengo... pero, ¿sabes qué?, me alegro de haber decidido en su día que haría todo lo posible para que lo nuestro funcionase, me alegro de llorar, de reír, de sufrir y disfrutar contigo, con nuestras cosas, con nuestra historia.

No sé qué nos deparará el destino, si existe, no sé qué nos marcará la historia; lo que sí que sé es que te amo, te amo con todo mi corazón, te amo como no se puede amar a nadie más, te amo mucho, más que la trucha al trucho, muchísimo, más allá de todo aquel mundo de las ideas que pudo elaborar Platón, y por nada del mundo voy a dejar que algo para mi tan bonito y tan especial se joda.

Sibulo.

De noche.

Largas noches en vela hemos pasado todos alguna vez, esperando a que Morfeo se apiade de nosotros, y hay veces que él ni siquiera se digna. Noches y noches... habrá quien lo entienda mejor que otros, pero todos nos quedamos pensando alguna vez en nuestra vida, o leyendo, o escribiendo...

A mi me encantan esas noches, cuando todas las luces se apagan y el único sonido que se oye es el de tu bolígrafo y el de tu brazo deslizándose arriba y abajo sobre el papel junto a los ronquidos semi-silenciosos de alguien de tu familia o de algún vecino..., ahí es cuando realmente puedo relajarme, puedo dejarme llevar por mis pensamientos, por mis sentimientos y por mi imaginación, imaginando todo aquello que no puedo ver con los ojos; en esos momentos es cuando verdaderamente se puede escribir.

Aún espero aquella noche de sueños desvelados en la que como siempre me dé por abrir la ventana y mirar a la luna...; esa noche en la que como siempre me imagine qué estará pensando ella mirándonos a todos desde tan arriba...; esa noche que entonces ella me responda y nos podamos poner a hablar...; esa noche en la que por fin no seré yo quien le confiese a ella mis problemas, sino que será ella quien me los desvele a mi.

Las noches, épocas de imaginación y reflexión, tiempo de pasiones y veladas románticas, ocasos de amor, pero también de desconsuelos...; y para mi muchas veces simples horas oscuras alumbradas por la simple luz de una lámpara de escritorio y su reflejo en mi bolígrafo.

Siempre dije que las noches eran especiales...

Sibulo.

El porque de las cosas.

Creo que desde aquel momento he tenido miedo, miedo de cagarla, miedo de no saber qué hacer..., y poco a poco eso es lo único que estoy encontrando. Me pregunto por qué lo hago, por qué me esfuerzo para que todo sea perfecto... simplemente no lo se, no sé por qué no dejo que simplemente las cosas vayan como tienen que ir. Lo admito, no quiero ser uno más dentro de las páginas de tu vida, quiero ser simplemente un nombre que cuando estés lejos y lo oigas te recuerde a algo más que una persona especial.

Y ahora... momentos después de haberla jodido me río, y me río hacia mi mismo... qué graciosas suenan todas esas cosas que te he dicho; y es que ¿qué coño he hecho? creo que he intentado arriesgar aquello que más me importa. Y todo por el miedo a equivocarme.

Ahora entiendo por qué era esa nuestra canción.

Hey, tú! Te quiero.

Sibulo.

Hoy.

Hoy tengo ganas de ti; tengo ganas de hacer el récord mundial de conversación telefónica, de hacer explotar mis sentimientos al mismo tiempo que te los recuerdo uno a uno, de llevarte a caballito hasta que los pies se me caigan a trozos, de ver un amanecer en la playa de algún lugar remoto junto a ti, de susurrarte una canción al oído, de irme al cine contigo y decirte que te quiero un sinfín de veces en la misma frase. Tengo ganas de soñar que me despierto a tu lado, o que simplemente no me despierto, sino que me quedo viendo como los ángeles duermen.

Hoy tengo ganas de pensar..., de pensar en ti.

Sibulo.

Yo un principito, y tú mi rosa.

Después de tanto tiempo aquí..., tanto tiempo que parece tan poco si lo comparamos con lo demás... después de eso ¿de qué nos damos cuenta?
Yo me doy cuenta de que las cosas cambian (siempre), de que no hay un hoy sin un ayer, y sin un mañana. Me doy cuenta de que las cosas especiales pueden no ser las que tenemos en la cabeza, que los pensamientos de ahora son solo eso...de ahora.

Pienso que hay momentos en la vida que se deberían colgar en el tablón de la memoria con muchas chinchetas para que nunca se puedan caer, pienso que hay cosas que nunca deberían cambiar, y que si muchas cosas cambian es porque nosotros mismos dejamos que cambien.

Y ahora yo... yo he descubierto un nuevo mundo, el mundo del principito... ese mundo en el que solo existen las cosas pequeñas, ese mundo donde solo podemos encontrar tres volcanes que me llegan por la altura de la rodilla, una casa enana (mi casa) y una rosa..., tú.
Hay cosas en el mundo... que ojalá nunca cambiasen.

Fuiste mi pasado, eres mi presente, y quiero que seas mi futuro.
Porque la vida a tu lado puede ser maravillosa.

Sibulo.

Quisiera poder quererte.

Quisiera ser una foto de carnet en tu cartera, una nota en tu libro de texto acompañada de un corazón, un día especial para ti en el calendario, una sonrisa en tu cara cuando me miras a los ojos, una carta de amor en el cajón de tu mesita, un rallajo con mi nombre en tu brazo, un chupetón en el cuello, una herida en el labio, una canción que acompañen unas lágrimas, una frase bonita escrita en un papel y más tarde guardada en tu cabeza..., y en tu corazón.

Te lo repetiré una y otra vez: No sigo pensando en ti..., cuando no pienso.

Sibulo.

La simple y bella rutina.

Ahora me miro al espejo, y sí, me doy cuenta de que ya vuelve la rutina con sus caras largas parecidas a oseznos apardalados después de haber dormido todo el invierno, esas ojeras que parecen permanentemente tatuadas en el rostro, los músculos doloridos y las terribles agujetas debidas al entrenamiento de anoche, o al de anteayer, o al de la semana pasada... llegan los madrugones para llegar al colegio, las prisas porque llegas tarde al colegio, las aburridas tarde después del colegio; las noches en vela pasadas estudiando, o haciendo como si estudias, o simplemente intentando estudiar... poco a poco llega el frío, los numerosos meses con "r", las largas horas en el colegio, las interminables horas de historia, de filosofía, de valenciano, castellano, matemáticas y demás... vuelve el malestar de estomago producido por un mal desayuno, muchas veces inexistente, junto a la falta de sueño que te acompaña cada mañana. Volvemos a comer a las 15:30, a despertarse a las 6:45, a almorzar de 10:45 a 11:15, a entrenar hasta las 23:00... vuelve el olor a cloro impregnado en mi piel, el olor a libros nuevos, que después se convertirá en olor a libros viejos; vuelven los bolis a los que se les acaba la tinta o que se revientan, los portaminas a los que se les acaban las minas y los lápices que nada más sacarles punta se les cae, y siempre pasa en medio de un examen o cuando realmente lo necesitas... vuelven las prisas por coger esos apuntes que el profesor dicta demasiado rápido, en los que también se te acaba la tinta, se te revienta el boli, te falta la mina y se te rompe la punta. Vuelven los momentos en los que necesitas una goma, un sacapuntas, un pegamento o un clip nadie tiene, y cuando no los necesitas te los encuentras por el suelo y te los guardas... vuelven los depredadores de estuches que te toman prestado todo lo que puede parecer y tiene pinta de ser útil. Vuelven las manchas de pasta de dientes en caras y camisetas, y también esas otras manchas graciosas y a la vez embarazosas que se producen en los pantalones de sustancias muy diversas. Vuelven los dilemas para elegir ropa cada día, los lamentos por las camisetas que te quieres poner y que parece que aún se están lavando, y las numerosas palabrotas que se te ocurren cuando nunca encuentras la camiseta que te encanta ya que se la ha puesto tu hermano, luego te la ha cogido tu padre y como también le ha gustado se le ha ocurrido guardarla en su armario. Vuelven nuestros queridos profesores, tan queridos por todo el mundo, que se pueden resumir basicamente en dos grupos: los que te caen bien y tu les caes bien y después están los otros que son los que nunca se acuerdan de tu nombre por muchos años que te hayan dado clase y muchas veces que hayan sido tus tutores. Vuelven las duchas matinales, tan sumamente importantes para tu supervivencia en cada aburrida clase. Vuelve el clásico dilema entre afeitarse por la noche sobado o por la mañana sobado. Vuelven los odiados lunes, los aburridos martes, miércoles, jueves y viernes. Vuelven las academias de inglés, las demás actividades extraescolares y las catequesis de confirmación. Vuelven las siempre verdes pizarras, las siempre azules baldosas de la pared y el siempre marrón suelo. Vuelven las puertas marrones oscuro, los ventiladores que no dan aire a nadie, la estufa que al encenderla huele a pollo, los altavoces que te interrumpen a mitad de lectura, la gran tarima con la que todo el mundo se tropieza al menos una vez en la vida, las dobles ventanas que en todos los cursos les pasa algo, la pecera, la pesada mochila, los enormes libros, los millones de folios gastados en apuntes, los deberes, exámenes, tareas, trabajos, trabajos atrasados, trabajos de verano que no has hecho,las dichosas búsquedas de información que nadie hace, las lecturas para recordar que tampoco nadie hace y lo de estudiar cada día que ni mucho menos nadie hace. Vuelven los folios blancos, las carpetas transparentes de plástico, los bolis bic azules, las carpetas moradas y los exámenes en los que predomina el rojo. Vuelven las mismas comidas cada día de cada semana que son iguales cada año, los mismo bocadillos hechos del mismo fiambre de cada año y que siempre tienen el mismo pan, o demasiado duro o el típico pan "chicle"; vuelven las barritas de cereales de la una, el comer entre horas y el atiborrarse en las meriendas ya que no tienes nada más que hacer. Vuelven esas sensaciones de estrés, de presión, de miedo, de nervios, pero sobretodo... de aburrimiento...

...y finalmente, vuelven esas noches, largas noches en vela en las que me paso leyendo, pensando y escribiendo; leyendo lo que me gusta, pensando lo que me apetece y escribiendo...escribiendo sobre fantasía y realidad, sobre ficción, intriga, acción y romance, es decir, sobre mi vida y sobre lo que pasa por mi mente.

Créeme, tenía ganas de que llegase todo esto.
Algún día espero saber por qué amo tanto la rutina...

Sibulo.

Llueve.

...Y llueve, llueve y llueve... frías gotas caen sin cesar desde las alturas, pero ¿sabes qué?, esto a mi me relaja. Ves como todo alrededor se empapa de lo mismo que te empapas tú, sientes como las gotitas se desplazan desde la frente hasta la barbilla, recorriendo toda la cara, como se humedece el pelo, y como se va calando poco a poco todo el cuerpo... pero aun así no puedo parar de sonreír.

Siento como si todos los problemas que tengo no fuesen más que eso, problemas, comeduras de cabeza pasajeras, remordimientos por lo que he hecho o he dejado de hacer... y es que al lado de la lluvia parece todo un juego, ya que por mucho tiempo que pase ella siempre estará ahí, refrescándonos cualquier día. Podrás perder la cartera, la casa, el coche, un amigo, tu familia... podrás morir, y morirás, pero la lluvia seguirá cayendo en todo el mundo día tras día, sin que le de la más mínima importancia si en ese momento estás destrozado por dentro o eres el hombre más feliz del mundo, ella estará siempre por encima de todo. Es fantástico pensar que mientras nosotros no somos más que pequeños trozos del puzzle que forma la historia hay cosas que permanecen inalterables por millones y millones de años que pasen.

...Y entonces empezó a llover, y sentía como el agua me iba mojando, me empapaba más y más, hasta que ya iba chorreando. Hacía frío, mucho frío, ya que la brisa acentuaba esa sensación. Yo simplemente sonreía aunque nadie me comprendiese, estaba lloviendo, y yo era tan poca cosa comparada con todo que... que simplemente comprendí que estaba allí para disfrutar todo lo que pudiese de lo que me quedaba de vida.

También se hace extraño no sentir sonido alguno de lluvia pero sin embargo sentir mojado tu rostro, pero eso ya es otra historia muy distinta.

Sibulo.

Tocando Fondo

Un número, un dato, o simplemente una mera consideración dentro de una estadística, eso es lo que somos. El problema es que no estamos solos, sino que somos alrededor de seis millones de datos vagando por el mundo. Después de todo, te darás cuenta de que no solo no eres alguien mejor que los demás, sino que además jamás serás querido por la suficiente cantidad de gente como para considerarte importante.

Nuestra sociedad, mediante el cine, la música, o incluso la publicidad, nos muestra modelos de vida irreales, increíbles (aplicándolo al concepto de no-creíble), pero ante todo son modelos de vida insaludables. Todo el mundo sueña con ser famoso, montar un grupo legendario de rock, acostarse con el mayor número de chicas posibles, y sino, siempre te quedará ser político. De lo que no nos damos cuenta es que nunca tendremos ese cuerpo de infarto, nunca seremos los más listos de nuestra promoción, ni tan solo actuaremos alguna vez correctamente; y si piensas que lo haces, entonces eres un ingenuo.

Nuestro destino ya se determinó él solo cuando nacimos, en esta vida ya todo se encuentra escrito: cada frase, cada acto, cada pensamiento… Nosotros pensamos que podemos decidir libremente, pero en realidad todo el mundo sabe con anticipación qué vamos a escoger, qué vamos a decir, e incluso qué comeremos dentro de un par de horas. Después de todo, siempre hemos estado destinados a fracasar, a ver como todo se consume y finalmente se esfuma, en resumen, a tocar fondo. Y es que tan solo tocando fondo nos llegamos a dar cuenta de lo valioso que es cada momento de nuestra vida, lo único importante es nunca rendirse. Si después de tocar fondo, con tu corazón, tu mente y tu físico completamente destrozados, eres capaz de sonreír una sola vez más, entonces habrás conocido la belleza de la vida.

Y es que la vida, la sociedad… todo nos engaña, todo es un mero intento de hacernos sentir bien. Una persona que me ha inspirado mucho dijo: “La mala suerte no existe. Tienes que considerar siempre que a Dios no le caes bien, y eso es más que probable”. Vivimos en una sociedad manipuladora, extorsionista, y que tan solo busca sacar tajada. Individualmente no somos mucho mejores: cualquiera mataría por su minuto de gloria; si lo miras de ese modo no somos más que unos pobre animales grotescos que buscan llamar la atención de cualquier manera, sin que tenga la menos importancia todo lo demás, ni por encima de quién pasamos, ni tan siquiera si le destrozamos la vida a alguien.

A este mundo llegamos sin nada, y nos volvemos a ir de él con las manos vacías. Somos seres, algunos no tan racionales como dicen, que se aferran a esa diminuta esperanza de llegar algún día a ser feliz. En el fondo la vida es como un pañuelo, siempre lo llevarás en el bolsillo, pero muchas veces lleno de asquerosos mocos. Los problemas siempre se acumulan, hasta que no puedes más. 

Con todo, siempre llegamos a la conclusión de que tarde o temprano moriremos, tan solo cuando llegado el momento somos capaces de aceptarlo y recibirlo, seremos capaces de llegar a ser felices. Por otra parte, siempre deseamos ser recordados, por ello siempre, aunque conscientemente digamos que no, deseamos ser aquel joven recordado porque fue matado por quien fuese, o aquellas vidas destrozadas en los ataques terroristas. Aunque nuestra cabeza lo niegue, no buscamos más que ser el centro de atención. Nuestro destino es morir, e inconscientemente lo buscamos, la lástima es que solo unos pocos lo encuentran.

 ...

"Si nunca aprendes a apreciarte a ti mismo, nunca serás capaz de apreciar a los demás."             

 

Sibulo.

            

Escribir

El mundo en una página, el destino en la tinta de un boli, y la vida en una historia. Todo lo que pueda llegar a existir cabe en tu mente, y lo que no también.
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Las letras son como todo lo demás, una forma de vida. Tan solo hay que dejar vagar tu imaginación, introduciéndote dentro de ti mismo para poder plasmar en el papel todo lo que sabes. También te darás cuenta de que puedes llegar a plasmar muchas cosas que no sabías, pero que sin embargo se encuentran dentro de tu cabeza, en tus pensamientos más escondidos. Estos pequeños detalles te pueden abrir las puertas que te llevan a conocer a la persona a la que menos conoces del mundo, a ti mismo. Adelantar sucesos, curiosear lugares insospechados, fantasear con tu imaginación... todo está al alcance de tu mano. Lo más difícil no es volcar todos tus sentimientos en un folio, sino saber darles forma para poder compartirlos.
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La vida es como una palabra que lo significa todo, pero que al mismo tiempo no significa nada sino tiene más palabras a su lado. La misión del escritor no es otra que poner en muchas vidas algo en común.
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Siempre he pensado que se piensa mejor por la noche.
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Sibulo.

En mi interior...

Relajado disfruto.
Cierro suavemente los párpados y empiezo a explorarme, en un momento recorro todo mi cuerpo, y esa sensación de autocontrol hace que me recorra un ligero escalofrío. De repente la negrura en mi cabeza desaparece, y aparecen las ideas. Ahora me encuentro delante de un castillo, mi castillo.
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En el fondo del alma hay un lugar donde solo tú puedes penetrar. Su forma la delimita tu mente, la puerta la forma tu alma y la llave es tu propio corazón. Si tu mente es abierta, crearás grandes espacios luminosos con multitud de salas y millones de estantes donde almacenar todos tus pensamientos; si por el contrario es cerrada, crearás un cojunto de espacios estrechos pero bien delimitados, solo tu conocerás su fin. Si tu alma es fuerte, tu puerta será resistente, y así tu morada no podrá ser hallanada; si por el contrario es débil, vivirás corrompido, sujeto a la dependencia por alguien más fuerte que tú. Si tu corazón es fuerte forjarás la más asombrosa de las llaves, esa llave te permitirá abrir todo tipo de puertas, y así ningún objetivo quedará demasiado lejos. Si por el contrario tu corazón es débil, forjarás una llave débil, quebradiza, y si se rompe, se romperán así todos tus sueños, ilusiones y esperanzas.
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Bienvenido a mi castillo, morada donde yo mismo habito. Aquí es donde me refugio, donde reflexiono y donde me recreo. He paseado por estos pasillos y habitaciones cientos de miles de millones de veces, y cada vez que lo vuelvo a hacer algo ha cambiado de lugar, nunca nada es igual.
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A veces lo que mejor conocemos es lo que más nos asombra.
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¿Y tú? ¿Te conoces?
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Sibulo

C'mon!

Suena el despertador del móbil con la canción Everytime I look for you. Demasiadas veces he pensado en dejarlo sonar, pero esta suficientemente alto como para despertar a toda mi familia.
Miro la hora, 7 a.m., es muy pronto aun...¿Y qué? El mundo no espera.
Antes de levantarme me pongo los cascos, no hay nada como escuhcar música para despejarse. Salto de la cama, toda la casa está oscura, así que sin prisas voy ordenando mi cuarto y haciendome la cama. Cuando he acabado de arreglarme es cuando por sin parece que la vida en mi casa comienza a florecer: primero una luz, unas palabras, y como señal de que todo funciona con normalidad mi hermano comienza su reniego matutino.
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Desayuno, me labo y me peino; pero de repente, justo en mitad de alguna de las acciones anteriores alguien llama al telefonillo:
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-Ya bajo.
-Vale.
Y le abro la puerta de la calle.
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Corriendo acabo lo que estaba haciendo y bajo a la calle. Cuando se habren las puertas del ascensor lo veo a él, tirado en medio de mi portal como si estubiese en su propio sofá, menos mal que es unico...:
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-Buenos dias.
-Buenos dias.
-Tio, ¿sabes qué? Ayer...
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Y así podríamos decir que comienza el día.
Seguimos hablando mientras caminamos hacia la siguiente parada en nuestro camino. Esperando se unos une otro, se le reconoce desde lejos, y seguimos hablando hasta que bajan los últimos dos. Ya estamos todos, y como siempre alguno de todos se ha dormido, así que nos toca acelerar:
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-Oye, ¿por qué vais tan deprisa?
-Porque te has dormido cabrón, y llegamos tarde.
-Es que siempre nos pasa lo mismo...
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Es un día normal, y al subir las escaleras me doy cuenta de que todo permanece en su sitio, las sillas están igual, la chaqueta que me deje el día anterior sigue en la misma percha, y hasta el dibujito de lapiz hecho en la mesa el día anterior. Por otra parte cada día es nuevo, tan solo hace falta fijarte en la cara de los demás para descubrirlo. Cada uno tiene sus preocupaciones, sus problemas, sus alegrías...o simplemente hay quien lo único que tiene es sueño.
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Comienza el horario escolar.
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Buff, ya son las 15...me comería un buey ahora mismo.
Me despido y vuelvo a recorrer el mismo camino que esta mañana, esta vez en sentido opuesto.
Como, hago deberes, hago lo que sea... A partir de ese momento pienso que el día ya no puedo ir mejor, diríamos que me recreo en la rutina.
Después de estar con ella toca recojer la bolsa e irse a trabajar.
Es el momento mñas dificil del día, ya que nunca apetece. Siempre pienso que estaría mejor sentado calentito en el sofá de casa... pero es lo que toca, así que cojo la bolsa.
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Ya en la piscina todo es agua del otro mundo. El cuerpo me pide ejercicio y todo lo que pueda darle. Cuando llega el momento me impulso desde el podium, y desde el momento que poco a poco mi cuerpo comienza a zambullirse en el agua empiezo a sentirla. Es esa sensación en la que todos los problemas, exámenes o cualquier cosa desaparece; en ese momento solo existo yo.
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Varias horas más tarde llego a casa agotado pero contento. Ha sido un buen día, pero ahora toca descansar.
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Suena el despertador del móbil con la canción Everytime I look for you.
...
¿Así quién necesita unas vacaciones?
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Sibulo

¿Qué somos?

Ultimamente me inquieta una cuestión: "¿Somos algo más además de cuerpo?
Sé que suena un tanto extraño. Habrá personas que piensen que me aburro demasiado en mi casa, también habrá otras que piensen que la respuesta es muy sencilla, esta entrada está destinada para la demás gente inquieta y curiosa que pregunta por qué cada vez que lo piensa.

Por mi parte existe una gran contradicción dentro de mis propios pensamientos, y reside en la existencia del ente supracorporeo (Qué bien que me ha quedado), o lo comúnmente denominado alma. Desde un punto de vista teológico esta es la opinión mundialmente conocida y aceptada; es muy fácil decir que estamos formados por una parte corpórea y otra incorpórea y que al fallecer esta parte incorpórea inicia un recorrido hasta llegar a una meta o fin. Tengo que puntualizar aquí que no estoy en contra de ningún tipo de religión ni mucho menos.
Ahora bien, ¿qué diablos es un alma?, ¿de qué está hecha?
Pensemos en una cosa: si somos cuerpo y alma, al hacer un clon de nuestro cuerpo (cosa no muy ética ya que piensa que si hay gente que no te aguanta piensa en esa pobre gente cuando tubiese que aguantar a dos como tu) crearíamos un cuerpo justo exactamente igual al nuestro. Este caso teóricamente sería un problema, porque si pensamos que nosotros solo conocemos el cuerpo seríamos incapaces de duplicar nuestra alma, por lo tanto el cuerpo dicho no tendría alma. Esto llevado a la práctica es confuso, ya que el clon tendría todo lo que tendría una persona normal (exceptuando familiares normales de un individuo), incluyendo su propia alma o como lo queramos denominar.

Por otra parte, si no tenemos ningún tipo de esencia supracorporal dentro de nosotros hay cosas en el mundo que no se podrían explicar, como por ejemplo los sentimientos. El amor y todo tipo de sentimientos son más que relaciones entre personas, cuando una persona está enamorada puede ver que por muy lejos que esté la persona amada en el fondo nunca estará lo suficientemente lejos como para no alcanzar su corazón. Entonces..., si existen, ¿de dónde vienen las almas?

Si no creemos en algo sencillamente estaremos esperando la nada en medio de la resignación.

Y al final de todo a mí solo me surgen más y más preguntas...

Sibulo