Hoy no pido que me entiendas.

Al igual que la lluvia cae el tiempo pasa, no cesa. El tiempo cae, y la lluvia pasa, y no cesa. La lluvia cae, y el tiempo cae, y nada cesa.

Dicen que con el paso del tiempo aprenderás..., imaginarás...; pero con el paso del tiempo lo único seguro es que morirás, poco a poco, y eso no es malo. Con el paso del tiempo eso no será malo. Guardo todo lo que pienso, escribo parte de lo que pienso, y digo parte de lo que escribo, pero eso ya es suficiente. Los sentimientos llegaron un día a la conclusión de que se aburrían, por eso a veces se esconden, otras se caen, se rompen, cambian y huyen, otras veces salen a la luz.

Ilusión, Navidad. ¿Ilusión?, Navidad. ¿Ilusión?, ¿Navidad?.
Aunque lo diga la canción una cosa no quita a la otra, una cosa no pone a la otra, una cosa no cambia a la otra. Hoy te digo: "pon tus sueños a volar, porque a veces algunos vuelan bajo, y están bien, otros vuelan alto, y si intentas pillarlos recuerda que la caída es grande". Navidad, época de fiesta, de familia, de amigos, de tranquilidad; para algunos es tiempo de esperanza, pero no cambiará nada que no haya cambiado a lo largo del año. Nunca. Feliz, Navidad.

¿Navidad? Explosiones de sonrisas momentáneas alargadas a base de pastillas azules, el azul es el color del cielo, del mar y de mucha parte de mi ropa. Las circunstancias se confunden. El verde es el color de la esperanza, por eso se pintan así los bancos de la clase de biología. El rojo es el color de la sangre, de la vida y de la muerte; es el color más indeciso. Bueno, no sé, a mi me gusta el rojo, creo.

Vigas para la construcción al igual que sentimientos para el alma, todo.

Los guantes no te quitarán el frío, las zapatillas no te quitarán el frío, las capas de ropa no te quitarán el frío, la seguridad quita el frío, la incertidumbre no, y el miedo da más frío. Es Navidad. Si me cerceno la mano, me quedo sin mano, creo. Así me la guardo para "echarle una mano" a cualquiera que me lo pida. Chocante. Mi cabeza es como la papelera de reciclaje de Windows, nunca sabrás qué coño vas a encontrar. Cierto.

Si analizamos nuestra vida desde fuera no está mal, desde dentro no está tan bien. Si sacamos la media aritmética te da un aprobado justo. Mierda. Si eres lo que comes, y comes mierda, eres... ¿NS/NC? Si estás furioso te autocontrolas, si estás triste te autocontrolas, si estás feliz te autocontrolas; somos como la bolsa financiera. Mierda. El punto G de tu cuerpo realmente no se encuentra en otro lado que en tu cabeza. Que no te engañen. Me toca los huevos. Quiero ser feliz, ¿me recomiendas los antidepresivos?

Envidio, envidias, envidia. ¿Qué te gustaría ser? ¿Qué te gustaría hacer? Tocar el bajo o la guitarra, saber dibujar, ser feliz siempre; tocar fondo, saber pensar y ser yo, siempre. La repetición de palabras se utiliza para remarcar un hecho. Envidiamos, ¿celos?, envidiáis, envidian, ¡celos! y viceversa.

La vida es como un coche de carreras recorriendo a toda velocidad una pista. Lo bueno y breve, dos veces bueno. Si conduces ochenta y pico años de media fijo que te estrellas. Mierda. Los cangrejos andan hacia atrás para que se les haga un ojo en el culo. ¿Mierda? Si finges, mierda, si mientes, mierda, si mueres, mierda, si vives, eso está bien, si mueres, mierda. Mierda no es mierda, mierda es suerte, no te equivoques. Mierda es lo que tienes, suerte es lo que pisas.

Pensar está bien, siempre que no te salga humo azul de la cabeza, el azul es el color de mi permanente de encima de la mesa, de mi bolígrafo y de los labios de quien está en proceso de congelación, pero no del humo que sale de la cabeza cuando piensas. El rojo expresa también amor, y sangre, ¿amor sangriento? Mierda; no, suerte; sí, mejor.

Saber está fuera de nosotros, de nuestro alcance. Madurar queda demasiado lejos, pensar, mierda. Actuar es de débiles, ¿razonar de indecisos? La función fática del lenguaje se encarga de comprobar la disponibilidad del canal de comunicación.

Jesús no llevaba nada verde. ¿Jesús no llevaba esperanza? Mierda.

Al igual que todo, al igual que nada. Toso se parece, mas no es lo mismo; todo se asemeja, sí, bueno, a veces. Si es así, es así, no tiene más, pero si no es así, ya está, no sabemos si sabremos cómo es. ¿Cómo sabes si tú ves morado el morado? El morado es un nombre. Todo es un nombre. Si todo está hecho de lo mismo, ¿somos todos lo mismo? Eres lo mismo que una mierda, eres lo mismo que mi escroto. Buah, no, déjalo.

El negro y el blanco combinan con todo, por eso en EEUU no son racistas, por eso hay tanta igualdad. El amarillo no pega con todo, ¿muerte a los chinos? Mierda.

Hablar por hablar no vale la pena. Descargar, expresar, sentir... hablar para expresar vale la pena. Escuchar vale la pena, aunque sea para no aburrirte. Si diferencias entre música y ruido es que eres demasiado exigente. Abre tu mente. Quiero hacer ruido para que tú oigas música, quiero destrozar la música para disfrutar del ruido.

Cuando te paras a pensar encuentras demasiadas cosas en tu cabeza.

Al igual que la lluvia cae el tiempo pasa, no cesa. El tiempo cae y la lluvia pasa, y no cesa. La lluvia cae, y el tiempo cae, y nada cesa.

Y si todo cesa, todo vuelve a empezar.

Sibulo.

Momentos

Crear, destruir, modificar... todos son términos relativos. ¿Pensamos pensamientos, pero ¿son ideas? ¿imágenes? ¿palabras? Hay tantas cosas que no sé; hay tantas cosas que deseo saber; hay tantas cosas que nunca llegaré ni a imaginar...

Hay momentos en la vida en los que uno se plantea las cosas. Hay momentos en la vida en los que uno realmente piensa si esto le vale la pena, que si aquello no le va a joder más, que si eso es más fácil. Hay momentos en la vida en los que uno tan solo quiere abandonar, sumirse en el olvido de la misma forma en la que la mayoría de nuestros antepasados lo han hecho, sin un nombre digno de ser recordado.

Las pérdidas, los momentos de mayor tristeza. Las personas se alejan, se pierden. Tus amigos pueden desaparecer de tu vida de la misma simple forma por la cual entraron, como un soplo de aire fresco, y cuando de das cuenta... ya no están. La distancia, el olvido, o simplemente la vida, el destino, nos marca, nos indica la dirección de nuestras acciones, de nuestras relaciones.

Las dudas, los momentos de mayor dolor. Indecisión que causa problemas. La certeza, como todo, tiene también un límite, ¿cuál?, buena pregunta. Las ideas son como todo, van, vienen, vuelven, se van... la incertidumbre no es creada, y nunca será destruida, ¿modificada?, puede. Yo creo que todas las vidas vienen determinadas por un "no sé", dígase algo así como la cuestión de una vida, el interrogante vital o un rollo de esos raros. Y la pregunta es: ¿Qué coño buscamos? La respuesta es tan complicada que tenemos que creer más allá de nosotros para saber la respuesta.

¿Qué me dices de los momentos de soledad? Esos momentos en los que estás tú solo, estás tú solo y nadie, y nada, más. Momentos en los que el ruido más fuerte es el de tu barriga vacía, el más incomodo el de tu respiración cargada de mocos. La oscuridad ayuda, más bien la penumbra; llamémoslos momentos solitarios, llamémoslos reflexiones, llamémoslos momentos de pensar, o como dijeron ellos, momentos bohemios.

No sé, hay tantos tipos de momentos en los que abandonarse, o sumirse sin control hacia aquello que sabemos puede no tener escapatoria. Pero al final..., al final todo tiene solución viable.

Sibulo.

Podrías haber sido una chica más, pero no. Podrías haber pasado de mi cara, pero no, estabas allí, me hablabas, me ayudabas. Ayer me encontré una carta que escribí un miércoles, esa fue la primera que escribí sobre ti, y no sería la última. ¿Te acuerdas de nuestra historia?

Aquel podría haber sido un día como otro cualquiera, con una mañana tranquila en compañía de los amigos, una de esas mañanas de lunes de puente en la que te levantas a las tantas; no, habíamos decidido los dos la noche anterior que aquella no iba a ser una mañana más.

A las once estaba en la calle ya, era un día fresco, medio nublado, una mañana de chaqueta. Habíamos quedado en tu antiguo colegio, ¿lo recuerdas?, llegué 15 minutos antes, y esos minutos fueron los más largos de mi vida. Apareciste, te vi, me viste, me sonreíste. Aquel día me ofreciste tus labios.

Vivimos un cuento, y cien historias, tuvimos problemas, y se acabó.

Volvimos  a cruzarnos en Junio, pero no tuvimos tiempo ni para agarrar al cariño, se acabó, me dije. Y entre medio quedaban todos los malos rollos y roces, las discusiones y demás...

Y después... Septiembre. Al final nos volvimos a cruzar. Me dejaste tus labios, yo te regalé los míos. En Octubre me ofreciste tu corazón, yo ya te había vendido mi alma por cada uno de aquellos besos.

Desde entonces hemos vivido 100 cuentos, y un millón de historias, hemos convertido nuestra vida juntos en un relato escrito por dos trazos diferentes, pero entrelazados. A veces hacemos tachones, pero tenemos tipex de sobra para cuantas historias y cuentos queramos. Sólo si queremos.

Te amo.

Sibulo.

Memorias de un recluso.

Hoy me ahogo, me ahogo por dentro. Siento como si mi propio cuerpo no me dejase salir de esta pequeña habitación hasta que no acabe esto, hasta que me desahogue escribiendo todo lo que tengo por dentro. ¿Que qué tengo en mi cabeza?, ahora te lo explico.

Siento como si todo girase, pendiese de un hilo, y cuando se rompe PUM. Las cosas cambian, eso es todo. ¿Momentos buenos o malos? ¿Cuáles crees que merecen más la pena? Yo me quedo con nuestros momentos, que ya sean malos o buenos sé que son irrepetibles. Obsesiones y rallazos forman parte de la vida de cada uno, y al final... al final todo se arregla. La vida no carece de sentido, sino que tiene un objetivo, o almenos yo se que estoy aquí para algo..., quizá para saber que no valgo tanto, o quizá no, quizá nací para probar que era la felicidad, para sentirla y hacerla, hacértela, sentir, puede.

Yo sé que vine aquí sin nada, mis padres, mis amigos, la música... todos ellos me han aportado pequeñas piezas de ellos, de ello, de todo, y todo ello ahora forma parte de mi, con ello he crecido, y ello es lo que soy. Ahora mismo, mientras escucho canciones que me hacen pensar, canciones a veces tristes, otras no tanto, canciones llenas de recuerdos y sentimientos... ahora mismo quisiera expresar mi sentimiento de impotencia, de frustración intermitente que se manifiesta en mi pensamiento de vez en cuando..., normalmente cuando te tengo que explicar algo que pasa por mi cabeza en ese mismo momento, algo que siento.

¿POR QUÉ?
¿Por qué explicar las cosas es tan complicado? Busqué explicarte con una palabra todo lo que sentía, y cuando vi que no era posible describir algo tan grande, entonces inventé el amor.
Lo reconozco, soy adicto. Soy adicto a ti y a tus explicaciones, soy adicto a tu cara de enfadada y a nuestras broncas, a tus gritos y a nuestros enfados; y sé que aunque lo intentase no podría vivir sin ellas. Ríete, esto no debería ser serio, ni mucho menos, definitivamente me considero imbécil: llorar por cosas que no pasan, sufrir por cosas que tengo... pero, ¿sabes qué?, me alegro de haber decidido en su día que haría todo lo posible para que lo nuestro funcionase, me alegro de llorar, de reír, de sufrir y disfrutar contigo, con nuestras cosas, con nuestra historia.

No sé qué nos deparará el destino, si existe, no sé qué nos marcará la historia; lo que sí que sé es que te amo, te amo con todo mi corazón, te amo como no se puede amar a nadie más, te amo mucho, más que la trucha al trucho, muchísimo, más allá de todo aquel mundo de las ideas que pudo elaborar Platón, y por nada del mundo voy a dejar que algo para mi tan bonito y tan especial se joda.

Sibulo.