Tribute

Éste es el mejor cuento nunca escrito: Tributo.

Hace mucho tiempo, Tyler, mi compañero de aventuras, y yo estábamos de visita a unas tierras muy lejanas, y muy oscuras a su vez. De repente, se nos apareció un demonio en el medio de la calzada con un aspecto un tanto inquietante. El mismo demonio se refirió a nosotros y nos dijo:

-Contadme el mejor cuento del mundo, aquel que sea tan increíble que nunca nada pueda superarlo en belleza, o devoraré vuestras almas.-

Tyler y yo nos miramos el uno al otro, y con nuestras miradas decididas y las mentes despejadas nos dispusimos a hacerlo.

Y contamos lo primero que nos vino a nuestras cabezas, tal y como debería haber pasado, era el mejor cuento nunca escrito, el mejor cuento de la historia.  Mírame a los ojos y verás lo fácil que es ver que uno y uno hacen dos, que uno y dos son tres, era el destino. Érase una vez un mundo increíble, donde el sol nunca muere y las nubes son siempre esbozos, donde la luna comparte su casa y las estrellas titilan a lo lejos. Era el destino.

No hace falta decir que el demonio fue derrotado, y que tras maldecirnos con palabras que carecían de fuerza se esfumó sin más. Lo habíamos logrado.

La voz entonces del demonio volvió, y nos preguntó:

-¿Sois acaso ángeles?-

Y nosotros respondimos:

-No, no somos más que hombres.-

Éste no es el mejor cuento nunca escrito, esto no es más que un tributo. Ya no puedo acordarme de aquel cuento, aquel cuento increíble. Esto tan solo es un tributo del cuento que fue, es y será el mejor cuento nunca escrito, tal y como debería haber pasado.

Lo más gracioso de todo, es que el cuento al que me refiero no tiene ni por asomo nada que ver con lo que os acabo de contar, esto es solo eso, un tributo.
Tenacious D

Sibulo.

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