Largas noches en vela hemos pasado todos alguna vez, esperando a que Morfeo se apiade de nosotros, y hay veces que él ni siquiera se digna. Noches y noches... habrá quien lo entienda mejor que otros, pero todos nos quedamos pensando alguna vez en nuestra vida, o leyendo, o escribiendo...
A mi me encantan esas noches, cuando todas las luces se apagan y el único sonido que se oye es el de tu bolígrafo y el de tu brazo deslizándose arriba y abajo sobre el papel junto a los ronquidos semi-silenciosos de alguien de tu familia o de algún vecino..., ahí es cuando realmente puedo relajarme, puedo dejarme llevar por mis pensamientos, por mis sentimientos y por mi imaginación, imaginando todo aquello que no puedo ver con los ojos; en esos momentos es cuando verdaderamente se puede escribir.
Aún espero aquella noche de sueños desvelados en la que como siempre me dé por abrir la ventana y mirar a la luna...; esa noche en la que como siempre me imagine qué estará pensando ella mirándonos a todos desde tan arriba...; esa noche que entonces ella me responda y nos podamos poner a hablar...; esa noche en la que por fin no seré yo quien le confiese a ella mis problemas, sino que será ella quien me los desvele a mi.
Las noches, épocas de imaginación y reflexión, tiempo de pasiones y veladas románticas, ocasos de amor, pero también de desconsuelos...; y para mi muchas veces simples horas oscuras alumbradas por la simple luz de una lámpara de escritorio y su reflejo en mi bolígrafo.
Siempre dije que las noches eran especiales...
Sibulo.
El porque de las cosas.
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on lunes, 26 de octubre de 2009
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Creo que desde aquel momento he tenido miedo, miedo de cagarla, miedo de no saber qué hacer..., y poco a poco eso es lo único que estoy encontrando. Me pregunto por qué lo hago, por qué me esfuerzo para que todo sea perfecto... simplemente no lo se, no sé por qué no dejo que simplemente las cosas vayan como tienen que ir. Lo admito, no quiero ser uno más dentro de las páginas de tu vida, quiero ser simplemente un nombre que cuando estés lejos y lo oigas te recuerde a algo más que una persona especial.
Y ahora... momentos después de haberla jodido me río, y me río hacia mi mismo... qué graciosas suenan todas esas cosas que te he dicho; y es que ¿qué coño he hecho? creo que he intentado arriesgar aquello que más me importa. Y todo por el miedo a equivocarme.
Ahora entiendo por qué era esa nuestra canción.
Hey, tú! Te quiero.
Sibulo.
Y ahora... momentos después de haberla jodido me río, y me río hacia mi mismo... qué graciosas suenan todas esas cosas que te he dicho; y es que ¿qué coño he hecho? creo que he intentado arriesgar aquello que más me importa. Y todo por el miedo a equivocarme.
Ahora entiendo por qué era esa nuestra canción.
Hey, tú! Te quiero.
Sibulo.
Hoy.
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on domingo, 25 de octubre de 2009
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Hoy tengo ganas de ti; tengo ganas de hacer el récord mundial de conversación telefónica, de hacer explotar mis sentimientos al mismo tiempo que te los recuerdo uno a uno, de llevarte a caballito hasta que los pies se me caigan a trozos, de ver un amanecer en la playa de algún lugar remoto junto a ti, de susurrarte una canción al oído, de irme al cine contigo y decirte que te quiero un sinfín de veces en la misma frase. Tengo ganas de soñar que me despierto a tu lado, o que simplemente no me despierto, sino que me quedo viendo como los ángeles duermen.
Hoy tengo ganas de pensar..., de pensar en ti.
Sibulo.
Hoy tengo ganas de pensar..., de pensar en ti.
Sibulo.
Yo un principito, y tú mi rosa.
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on martes, 20 de octubre de 2009
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Después de tanto tiempo aquí..., tanto tiempo que parece tan poco si lo comparamos con lo demás... después de eso ¿de qué nos damos cuenta?
Yo me doy cuenta de que las cosas cambian (siempre), de que no hay un hoy sin un ayer, y sin un mañana. Me doy cuenta de que las cosas especiales pueden no ser las que tenemos en la cabeza, que los pensamientos de ahora son solo eso...de ahora.
Pienso que hay momentos en la vida que se deberían colgar en el tablón de la memoria con muchas chinchetas para que nunca se puedan caer, pienso que hay cosas que nunca deberían cambiar, y que si muchas cosas cambian es porque nosotros mismos dejamos que cambien.
Y ahora yo... yo he descubierto un nuevo mundo, el mundo del principito... ese mundo en el que solo existen las cosas pequeñas, ese mundo donde solo podemos encontrar tres volcanes que me llegan por la altura de la rodilla, una casa enana (mi casa) y una rosa..., tú.
Hay cosas en el mundo... que ojalá nunca cambiasen.
Fuiste mi pasado, eres mi presente, y quiero que seas mi futuro.
Porque la vida a tu lado puede ser maravillosa.
Sibulo.