Miro la hora, 7 a.m., es muy pronto aun...¿Y qué? El mundo no espera.
Antes de levantarme me pongo los cascos, no hay nada como escuhcar música para despejarse. Salto de la cama, toda la casa está oscura, así que sin prisas voy ordenando mi cuarto y haciendome la cama. Cuando he acabado de arreglarme es cuando por sin parece que la vida en mi casa comienza a florecer: primero una luz, unas palabras, y como señal de que todo funciona con normalidad mi hermano comienza su reniego matutino.
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Desayuno, me labo y me peino; pero de repente, justo en mitad de alguna de las acciones anteriores alguien llama al telefonillo:
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-Ya bajo.
-Vale.
Y le abro la puerta de la calle.
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Corriendo acabo lo que estaba haciendo y bajo a la calle. Cuando se habren las puertas del ascensor lo veo a él, tirado en medio de mi portal como si estubiese en su propio sofá, menos mal que es unico...:
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-Buenos dias.
-Buenos dias.
-Tio, ¿sabes qué? Ayer...
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Y así podríamos decir que comienza el día.
Seguimos hablando mientras caminamos hacia la siguiente parada en nuestro camino. Esperando se unos une otro, se le reconoce desde lejos, y seguimos hablando hasta que bajan los últimos dos. Ya estamos todos, y como siempre alguno de todos se ha dormido, así que nos toca acelerar:
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-Oye, ¿por qué vais tan deprisa?
-Porque te has dormido cabrón, y llegamos tarde.
-Es que siempre nos pasa lo mismo...
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Es un día normal, y al subir las escaleras me doy cuenta de que todo permanece en su sitio, las sillas están igual, la chaqueta que me deje el día anterior sigue en la misma percha, y hasta el dibujito de lapiz hecho en la mesa el día anterior. Por otra parte cada día es nuevo, tan solo hace falta fijarte en la cara de los demás para descubrirlo. Cada uno tiene sus preocupaciones, sus problemas, sus alegrías...o simplemente hay quien lo único que tiene es sueño.
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Comienza el horario escolar.
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Buff, ya son las 15...me comería un buey ahora mismo.
Me despido y vuelvo a recorrer el mismo camino que esta mañana, esta vez en sentido opuesto.
Como, hago deberes, hago lo que sea... A partir de ese momento pienso que el día ya no puedo ir mejor, diríamos que me recreo en la rutina.
Después de estar con ella toca recojer la bolsa e irse a trabajar.
Es el momento mñas dificil del día, ya que nunca apetece. Siempre pienso que estaría mejor sentado calentito en el sofá de casa... pero es lo que toca, así que cojo la bolsa.
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Ya en la piscina todo es agua del otro mundo. El cuerpo me pide ejercicio y todo lo que pueda darle. Cuando llega el momento me impulso desde el podium, y desde el momento que poco a poco mi cuerpo comienza a zambullirse en el agua empiezo a sentirla. Es esa sensación en la que todos los problemas, exámenes o cualquier cosa desaparece; en ese momento solo existo yo.
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Varias horas más tarde llego a casa agotado pero contento. Ha sido un buen día, pero ahora toca descansar.
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Suena el despertador del móbil con la canción Everytime I look for you.
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¿Así quién necesita unas vacaciones?
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Sibulo